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Marta Corredera (RCD Espanyol), María Galán (Rayo Vallecano) y Esther González (Levante UD), analizaron en los micrófonos de Radio Federación sus inicios en el fútbol, lo que significa formar parte de “la Roja”,  las experiencias y valores que les reporta el fútbol, las dificultades que encuentran las mujeres en este deporte…entre otros muchos temas.
La selección Sub.19 femenina afronta a partir de este sábado la primera ronda clasificatoria del IX Campeonato de Europa, y para ello empezó a trabajar en el día de ayer en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Esta primera fase se desarrollará en Baku, capital de Azerbaijan, del 19 al 24 de septiembre de 2009 y allí se medirán además de la anfitriona, a Chipre y Ucrania.

Marta Corredera (RCD Espanyol), María Galán (Rayo Vallecano) y Esther González (Levante UD) son 3 de las jugadoras que componen la convocatoria de 18 jugadoras. Desde su privilegiada posición ejercieron de ‘analistas’ de excepción de lo que ha sido, es y será el significado del fútbol femenino.

Sus inicios en este deporte no fueron tan sencillos como se puede pensar. Esther nos cuenta que ya con “6 ó 7 años” empezó a jugar con niños y que fue unos años más tarde cuando la selección andaluza la reclutó y empezó a jugar en un equipo de chicas. “Jugaba en Málaga y tenía que ir siempre desde Granada a entrenar o jugar un partido. Esta vida ‘itinerante’ no ha cesado aún, a pesar de tener tan sólo 16 años “ahora vivo en Valencia”. Sin duda no todas tienen la suerte de poder contar con el apoyo de unos padres a “los que les debo el estar aquí”. Al principio tuvieron que convivir y compartir equipo con los chicos de su edad. Marta cuenta la anécdota de que ella capitaneaba a su equipo y que la gente los reconocía como “Marta y sus pollos”, porque “siempre les gritaba y mandaba mucho”. Esther recuerda con cariño como”los chicos se enfadaban un montón cuando les marcaba un gol”. “Por suerte” dice Marta, la gente “va asimilando mejor el fútbol femenino”
Hoy están aquí, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, experimentando en primera persona lo que es formar parte de la “Roja”. María Galán que aún recuerda su primera llamada de la selección esgrime que “venir a la selección es lo máximo para cualquier jugadora. Es un sueño estar aquí y poder representar a tu país”. Marta fue más allá exponiendo que no sólo “siento un gran orgullo”, sino que “además poder defender la camiseta por todas aquellas niñas que nunca van a tener la oportunidad de estar aquí y que quisieran estar, es una gran satisfacción”.

Hay algo diferente, especial, en la forma de trabajar en las selecciones nacionales, respecto al día a día habitual en sus clubes. Según la habilidosa extrema del conjunto catalán “el fútbol femenino poco a poco va alcanzando nivel y eso es algo que se ve en cada concentración”. Además se preocupan mucho de “formarte como persona” para que luego “en tu club no te salgas de la raya y estés concentrado en lo que tienes que estar”. Según Esther “los entrenadores se toman las cosas de otra manera y hacen que tu forma de pensar cambie. Eso te motiva muchísimo y es algo diferente a la rutina del club”.

Actualmente todas juegan en equipos que ya tienen un equipo ‘matriz’ masculino. María reconoce que “eso ayuda a que la gente conozca mejor el fútbol femenino”. Marta rompe una lanza a favor del club “jugadores, técnicos, directivos, están muy pendientes de nosotras”.
Compaginar estudios, club y selección, no parece nada fácil. Esther cuenta como para ella, todo eran problemas “después de estar concentrada, tenía que ir a la escuela por la mañana y examinarme por la tarde. Me decían que no iba porque no quería que yo prefería el deporte a los estudios”. Marta también reconoce que en su colegio “tenían mal visto el hecho de que jugara al fútbol y no me permitían ni cambiar las fechas de los exámenes, aunque tuviera partidos”.

Las diferencias son notables entre el fútbol masculino y el femenino. Sobre todo en el aspecto económico. Hoy por hoy resulta complicado pensar en que van a ganarse la vida con ello. Marta que se declara abiertamente “bastante pesimista”, piensa que “nosotras tenemos que luchar por las generaciones que vienen detrás y conseguir lo que podamos para que ellas puedan vivir de esto”. En este sentido Esther reconoce que “lo hacemos porque realmente nos gusta y nos merece la pena, pero no por dinero”.
A pesar de los problemas y los sinsabores, hay muchas cosas positivas en el fútbol. María reivindica a colación de lo ‘beneficioso’ del fútbol el hecho de que”proporciona muchos valores como el deporte en equipo, el respeto a los demás…me da algo que lo demás no me da”.También el hecho de viajar y conocer países y lugares que nunca hubieran imaginado. Esther se pregunta “¿quién tiene la oportunidad de hacerlo?”

Del 24 de mayo al 5 de junio se disputará en Macedonia la fase final de este año. Aunque queda mucho hasta entonces, ellas piensan en estar allí y hacer un buen papel. Marta se lanza a la piscina con toda la convicción y desparpajo que muestra en el césped. “Vamos a llegar, vamos a luchar por la final y vamos a ganar”. Además hay cierto aire de desquite “el año pasado nos quedamos sin la fase final y tenemos que llegar como sea”.

RFEF



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