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María Pilar Espadas (Palma de Mallorca, 1981) es toda una institución en el Collerense, un equipo modesto de la Isla que debuta esta temporada en la Superliga y que está haciendo un papel destacado.

Primera temporada del Collerense en Superliga y estáis siendo una de las grandes revelaciones.
Para nosotras la temporada está siendo todo un éxito de momento. Estamos muy ilusionadas con lo que estamos haciendo porque somos un conjunto muy modesto que tiene muchas limitaciones y dificultades: para fichar jugadoras, para conseguir patrocinadores, para que la gente de la Isla invierta en el fútbol femenino, nuestros desplazamientos nos obligan a pasar muchos días fuera de casa... y nadie del equipo cobra un sólo euro. Jugamos al fútbol por amor al arte.

Tanto tiempo juntas ayudará a que seáis un equipo con mayúsculas.
¡Si paso más tiempo con mis compañeras que con mi familia! Entre tanto viaje y que entrenamos cuatro días a la semana... En general, somos el mismo equipo que llevaba 7 u 8 años en Nacional intentando subir a Superliga, excepto cuatro refuerzos y el nuevo entrenador. Somos una piña que se lleva muy bien.

¿Cuál es el objetivo del Collerense en su primera aventura en la Superliga?
El primer objetivo del equipo era no descender, pero con el nuevo formato de Superliga con el que no hay descensos, la prioridad pasó a ser el no hacer el ridículo y firmar una temporada digna en la Superliga. De momento lo estamos cumpliendo con creces, porque no sólo estamos en mitad de tabla de nuestro grupo a la conclusión de la primera vuelta sino que hemos conseguido firmar buenos resultados como el empate hace un par de semanas ante el Levante, todo un éxito para nosotras.

Entonces, el próximo reto del equipo es...
Seguir partido a partido, haciéndolo tan bien como hasta la fecha. Al equipo le hace mucha ilusión pensar en podernos clasificar para disputar la Copa de la Reina. A ver si tenemos suerte en la segunda fase, quedamos encuadradas en un grupo asequible y podemos disputar esta competición. Sería la guinda al pastel.

A nivel individual, capitana del equipo y referencia indiscutible en punta de ataque.
Soy una de las veteranas del equipo y mi tarea, como delantera, es marcar la mayor cantidad posible de goles. No llevamos muchos (7), hacemos lo que podemos, pero es cierto que no somos un equipo tan ofensivo que genere tantas ocasiones como Barcelona o Espanyol. Yo he marcado tres tantos hasta la fecha, ante Barcelona, Levante y Nástic de Tarragona. Lo importante no es la cantidad de goles que pueda marcar sino que los que consiga meter sirvan para sumar puntos.

¿Eres una futbolista con muchas manías?
Alguna tengo... Encima del brazalete suelo llevar una tira negra para acordarme de todos aquellos familiares y amigos que ya no pueden verme jugar. Cada vez que marco un gol, suelo dedicárselo a mis padres y mi hermano; o este año que jugamos mucho fuera de la Isla, se los dedico al banquillo y al entrenador. Somos un equipo muy unido.

¿Quién es tu ídolo en el mundo del fútbol?
Sin duda alguna, mi hermano. Por él comencé a jugar al fútbol cuando tenía 17 ó 18 años y gracias a sus consejos he podido conseguir muchas cosas. Para mí, él es el más grande. Jugó en Tercera División y me ha enseñado mucho.

Entre tus éxitos está el de jugar con la selección española absoluta. ¿Cómo fue esa vivencia?
Un sueño hecho realidad. Estaba haciendo las cosas bien en el Collerense, en la selección balear y tuve la oportunidad de vestir 'la Roja'. Tengo que dar gracias por ir cumpliendo sueños: lo hice al jugar con la selección, al lograr el ascenso a Superliga con el Collerense, al marcar en la máxima categoría de nuestro fútbol... ¡creo que sólo me queda por cumplir el deseo de jugar la Copa de la Reina!

Toda la vida ligada al Collerense... ¿no te has planteado dar el salto a otro equipo?
En su día tuve la oportunidad de irme al Sabadell, que por aquel entonces lo ganaba todo, pero decidí quedarme en la Isla porque no tenía contrato fijo y no fui valiente de arriesgar. Creo que puede ser un tren que sólo pase una vez en la vida, pero si llega una buena oferta... dejo la puerta abierta.

De momento, no sólo sigues jugando en el Collerense sino también ejerciendo de entrenadora.
¡Se me da casi mejor entrenar que jugar! Empecé entrenando a niños y luego cogí a las chicas del 'B', pero con nuestro ascenso a Superliga ellas han subido a Nacional y lo he tenido que dejar porque no puedo compaginar todo. Ahora llevo al equipo de fútbol-7, chicas entre 10 y 14 años, y estoy muy a gusto y feliz. Cuando llegue el día que cuelgue las botas me gustaría poder seguir entrenando. El fútbol lo llevo en la sangre y, como me gusta decir, me levanto con él, me acuesto con él y sueño con él.

Mucha gracias por este buen rato y suerte para el futuro...

Fuente: David Menayo (Marca.com)



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